viernes, 25 de octubre de 2013

EL CURRICULO ESCOLAR
El papel asignado al currículo es el de organizar las actividades educativas escolares y aportar informaciones sobre cuatro aspectos: el qué enseñar, que supone concretar cuáles son los objetivos y los contenidos; el cuándo enseñar, es decir, cómo ordenar y secuenciar los contenidos y los criterios de evaluación; el cómo enseñar, con informaciones para estructurar las actividades de enseñanza/aprendizaje y, por último, el qué, cómo y cuándo evaluar con el propósito de comprobar si los resultados de la acción docente son coherentes con las intenciones educativas.
Si nos preguntamos sobre cómo se ha llegado a la situación en la que nos encontramos, tendríamos que detenernos en cómo se construye el currículo, quienes son sus principales protagonistas y cuál es el papel que juegan en su concreción. No hay duda de que el currículo es una construcción social, en la que intervienen distintos sectores con diferentes enfoques e intereses. En primer lugar, es en las cámaras de representación popular, en el Congreso y en el Senado, con los asesoramientos
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necesarios y mediante las leyes de educación, donde se establecen los principios y fines de la educación, los objetivos que deben cumplirse en las diversas etapas educativas, los principios pedagógicos generales, la organización en ciclos y las áreas y materias sobre las que deben centrarse el trabajo docente y el sistema de evaluación y promoción. Posteriormente les corresponde a las administraciones educativas, en el uso de sus competencias, concretar el currículo para cada área o materia de cada una de las etapas educativas.
Este proceso de construcción del currículo supone realizar la coordinación, a su vez, de tres instancias necesarias: la académica, que fija los contenidos fundamentales y básicos para cada una de las áreas o materias; la psicología y la pedagogía, que hacen hincapié en la manera en la que se construye el conocimiento en función de la edad y de la capacidad de los alumnos; y la sociedad, que plantea las necesidades a las que hay que dar respuesta. Los profesionales de la educación, adaptan el currículo a su alumnado y al contexto social y aportan su experiencia en el tratamiento que ha de darse a los diferentes contenidos de la enseñanza.